12 de marzo de 2012

RESUMEN DEL FINDE

ESPAÑA: POLÉMICA, IGUALDAD Y CONTINUIDAD
El Madrid parece no tener freno. Si ya gana partidos como el domingo, ante un Betis valentísimo y entregado, pocos tropiezos –si es que hay alguno- caben en su casillero de aquí a final de Liga. El del Villamarín fue uno de esos homenajes al fútbol vivo, tenso, de ritmo frenético. Un duelo entre dos equipos diseñados para matar a la contra, que no entienden de demoras del balón en mediocampo, sino en las transiciones de vértigo, en llegar en diez segundos mejor que en once a portería contraria…, y si puede ser en nueve, miel sobre hojuelas.
Yo de verdad creía que el Betis, en su apuesta de jugarle a los blancos de tú a tú, podía salir escaldado, pues se escapaba de mi raciocinio pensar que el mayor antídoto para el fútbol blanco era jugarle con sus propias armas. Más bien creía que la mejor forma de herirles era desarmándoles; es decir, evitando en la medida de lo posible sus temidas contras; tratando de dejar pocos espacios en mediocampo y, sobretodo, a las espaldas de la defensa propia; en otras palabras, encerrarse atrás e invitarles a construir juego. Pero Pepe Mel, que de esto sabe infinitamente más yo, creyó que el triunfo estaba en el cuerpo a cuerpo: morir matando. Fantástico para el espectador y preciosa batalla. Dignísimo partido de sábado noche, que en ningún caso queda ensombrecido por la polémica mano de Sergio Ramos. Y es que nosotros, como espectadores y amantes del fútbol, no podemos permitir que la propaganda arbitral se adueñe del escenario futbolístico, y menos en noches tan magnas como la Sevilla.
Antes ya se habían jugado un Real Sociedad-Zaragoza, un Málaga-Levante y un Sporting-Sevilla. De todos estos me quedo con la sensación –casi hecho- de que el Zaragoza está impepinablemente desahuciado, muerto y sin mayores aspiraciones que dignificar su escudo de aquí hasta que se consume su descenso. En los otros duelos; el Málaga se volvió a hacer fuerte en casa ante un Levante que está maquillando su caída con grandes dosis de profesionalismo; y en el duelo del morbo de técnicos, Clemente impuso su veteranía, arropando a los suyos defensivamente y creciendo desde la solidez.
El fútbol dominguero en España tampoco deparó grandes sorpresas. El Atlético ganó con lo puesto a un Granada que pienso que no ha apostado por el técnico idóneo para conseguir la permanencia. El Espanyol volvió a brillar en un duelo de dos equipos inverosímiles, capaces de lo mejor y lo peor, y esta vez le tocó al Rayo interpretar el papel de sumiso que una semana antes exhibieron los pericos en el Bernabeú. En Valencia no saben muy bien de qué va la película, de argumento confuso, pudieron optar a Oscar y ahora claman por un final digno a una temporada que ha ido de más a menos y con la presión de un público que no quiere en su estadio a Emery, Llorente o sus jugadores, ¿quién sabe si a todos ellos? Es una audiencia que no se conforma con poco, y el Mallorca sacó tajada del desconcierto local, remontada de dos goles mediante, y sigue estabilizado en la zona cómoda de la Liga.
Por su parte, el Barcelona rindió visita al Sardinero, y demostró ser reacio a la eutanasia liguera. Partido serio, en el que el Racing apenas inquietó a Valdés, y con Messi -¡¡siempre Leo!!- materializando la superioridad culé. Una jornada más de vida, pero una menos de esperanza…
Y para concluir el fin de semana liguero, Osasuna y Athletic jugaban un partido con aroma. Aroma a fútbol norteño, clásico, de barro, de lucha y brega. Y así fue, consecuentes con su ADN futbolístico, navarros y vascos firmaron uno de esos duelos que no será recordado por su calidad, pero sobrado en intensidad y emoción. Nada se resolvió hasta el pitido del árbitro en una batalla digna de Champions League, exactamente lo que estaba en juego. Los de Bielsa acusaron cierto cansancio tras la visita a Old Trafford y los pamplonicas del gran Mendilíbar jugaron a lo que saben. Y muy bien, por cierto.
ITALIA: LA JUVE SE DESINFLA
Tuve la oportunidad de presenciar, en la tarde del domingo, la impotencia ofensiva de la Juve ante el Genoa (0-0). Incapaz, absolutamente roma y obtusa en área rival, demostrando que  es un equipo trabajado y dirigido con mimo desde el mediocampo con un Pirlo majestuoso, pero con unos acabados impropios de un conjunto de tal categoría. Dónde unos tienen a Zlatan, otros ponen a Vucinic, Borriello o el que se tercie, pero todos ellos varios peldaños por debajo de los top mundiales. Y eso mismo, los delanteros, la posición más determinante del fútbol, son los que acaban decidiendo campeonatos. Hacía ahí precisamente nos encamina la explicación a los 4 puntos de diferencia que separan a la Vecchia Signora de los milanistas.
La Roma, por su parte, dominó y venció en un partido que seguramente disfrutó muchísimo su técnico, Luís Enrique. Pues fue una de las mayores exhibiciones de estilo de la Roma en lo que va de año. El resultado corto, 0-1, puede invitarnos a pensar lo contrario, pero los romanistas dominaron de cabo a rabo a un Palermo que se había mantenido invicto en casa hasta la fecha. Fenomenal Lamela, muy bien Borini (aquí hay delantero) y excepcionales De Rossi y Gago en el mediocampo, erigiéndose en las cabezas más visibles de un concepto futbolístico desde el que los romanistas deben seguir creciendo.
INGLATERRA: LA POBREZA DE LOS RICOS
La Premier me sigue gustando, pero los argumentos para defender su supremacía se me van quedando cada vez más cojos. Supongo que el de la atmósfera y el ambiente que se vive en sus campos será el más imperecedero, pero el de su fútbol y  ritmo frenético de juego se me va cayendo poco a poco del guindo. Y como muestra un botón, o en este caso un partido; el Swansea-Manchester City.
Dentro del atractivísimo campeonato inglés, el equipo más apetecible es, sin duda, el City. Los nuevos ricos del fútbol mundial, exponentes de un fútbol dinámico, políglota y talentoso, jugaban ayer en el Liberty Stadium, casa del Swansea. Un equipo, el galés, que vive su primera temporada tras el retorno a la Premier, y que lo está haciendo con cierta solvencia y buen gusto con el balón –herencia, en parte, del paso de Bobby Martínez hace ya 3 temporadas-. Por lo tanto, era sin duda un choque apetecible.
El resultado, 1-0 favorable a los swans, habla a las claras del pobre espectáculo que se vio sobre el césped, dónde los petrodólares fueron más invisibles que nunca. Ni Silva, ni Balotelli, ni Kun, ni Touré…, horrorosos, bajo un fútbol de ritmo ridículo, sin velocidad ni intensidad, los citizens fueron incapaces de superar la defensa rival. Y a mí me dejan poco a poco sin coartadas para seguir viendo fútbol inglés…
Ahora los citizens son segundos, un punto por detrás de sus vecinos y rivales del United. Otros que, incomprensiblemente, son líderes de la peor Premier que se recuerda en años. Europa no miente…

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