13 de febrero de 2012

CUANDO TU ÚNICO DEFECTO ES SOBREVIVIR A LA EXCELENCIA

Vencer cansa, y aunque es tremendamente más llevadero que perder, la victoria también tiene connotaciones negativas. Kasparov, auténtico maestro y leyenda del ajedrez, quién fue durante mucho tiempo esquivo a la derrota, tiene una cita muy elocuente al respecto de cómo afrontar el desprestigio de una derrota o de una racha negativa de resultados: “cuando uno gana siempre pierde de vista sus defectos y se encuentra maduro para perder”.
Se trata de una frase perfectamente adaptable a la situación liguera actual del Barcelona, la más crítica en la ‘Era Pep’, un periodo, éste con Guardiola en la sala de mandos, en el que el Barcelona cuenta casi cada torneo, campeonato o amistoso por victoria. Desde el Joan Gamper hasta la Champions League, pasando por la Copa del Rey, Recopas europeas y nacionales, Copas Intercontinentales y, por supuesto, la Liga doméstica, la cual nos atañe en estos momentos. Brutal, el Barcelona ha ganado todo y a todos los equipos contra los que se ha enfrentado, en todas las circunstancias, ambientes y escenarios posibles. Siempre haciendo gala de un hambre y una ferocidad inigualable, una cualidad ésta imprescindible para mejorar lo inmejorable, para llegar a esas cotas de éxito que han convertido a este equipo en una dinastía hegemónica en el mundo del fútbol.
Hasta ahora ese era el gran secreto de Pep y sus chicos, incorporar a su virtuoso fútbol el hambre por ganar. Un binomio garantista de éxito, en el que lo primero es intrínseco a su origen –La Masía-,  y lo segundo lo consiguió integrar Guardiola al ADN propio de cada jugador desde un primer momento. Ese cambio de mentalidad –no sólo hay que jugar más y mejor el balón, sino también hay que correr más que el rival- ha encumbrado al Barcelona como el equipo que es...
… O que hoy en día no es, inmerso en una dinámica que  describe fenomenalmente bien Martí Perarnau: “excelencia en las noches de smoking y desperdicio en las tardes de barro”. Los jugadores conocen sus defectos, pero la pereza mental les impide salir a competir a tope en cada partido. Saben que con la mente fresca son inalcanzables, como así certifican los 13 títulos conquistados desde que Guardiola llegó al banquillo blaugrana, pero continuamente caen en el defecto de la pereza; en las tardes de barro. Es en este momento cuando me vuelvo a acordar de la frase de Kasparov y en el significado de “perder de vista los defectos”.  Sin querer se cae en la apatía, sin querer si pierde una Liga, sin querer te encuentras maduro para la derrota..., cada vez cuesta más sobrevivir a la excelencia.

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