27 de febrero de 2012

RESUMEN DEL FINDE

MADRID Y BARCELONA: SUFRIR Y GANAR
Me gusta esta Liga BBVA 2011-12. Me parece la más exigente y competitiva del último lustro pues, a pesar de carecer de alternativas a la dicotomía Madrid-Barcelona, hay muchos equipos tremendamente competitivos, algo que no sucedía desde hace un tiempo. Este nivel más que aceptable y la tremenda igualdad y competitividad existente se ve reflejado en la parte alta de la clasificación, que se ve comprimida desde la 17ª hasta la 4ª posición que da acceso a Liga de Campeones: 13 equipos separados por apenas 7 puntos, insólito y precioso.
Dos de esos equipos embutidos en la batalla europea, Rayo y Atleti, se veían ayer las caras con los más fieros rivales del planeta fútbol. Barsa y Madrid, Madrid y Barsa no sirven –o al menos no deberían servir- para calibrar el nivel medio de una competición, pues si lo hiciéramos denostaríamos hasta a la Champions League (el súmmum futbolístico). Por lo tanto, tampoco creo que debamos incidir en que el Madrid aventaja en 24 puntos al 3º clasificado de la Liga, o que suma 80 goles en 24 partidos (hallen la media, a mi me da vértigo). El Barcelona es, hoy por hoy, un ejemplo menor, pero un ejemplo al fin y al cabo del autoritarismo madridista. Por tanto, hay que valorar cuando algún equipo mortal –de este planeta- es capaz de presentar batalla, de revelarse –o al menos intentarlo- al orden establecido, como ayer lo hicieron los equipos de Vallecas y el Manzanares.
A pesar del gran esfuerzo y la igualdad vivida en el Teresa Rivero y el Calderón, la quiniela refleja un ‘2’ en ambos partidos. Pero son doses con matices; el primero marcado por la superioridad local, la actuación decisiva de un árbitro que perjudicó seriamente al conjunto rayista, y la obra de arte de Cristiano que desequilibró el partido; el segundo fue un choque jugado de poder a poder, en el que el Barcelona dominó el primer acto, mientras que los colchoneros se impusieron en su estilo en la segunda mitad, también hubo crispación con el árbitro y, cómo no, una nueva genialidad de Messi para desequilibrar un partido difícil, trabado y feo.
El resumen es claro, Cristiano y Messi como salvadores de los suyos, pues no hay mejor solución a un partido enquistado que el alumbramiento de una nueva genialidad. El portugués registró un taconazo de ‘Play Station’, inverosímil pero cierto, ilógico pero comprensible en el fútbol de fantasía que vislumbra su caprichosa mente. El ‘10’ culé, por su parte, optó por aderezar su juego de precisión con la picardía propia de quién ha crecido con un balón y muchas trabas en las calles rosarinas de Santa Fé, gol de pillo, de listo, de potrero. 3 puntos, en ambos casos, que saben a gloria. En los madridistas por la comodidad y tranquilidad de seguir viendo a tu rival 10 puntos desde arriba, y en los culés por seguir teniendo un motivo para salir a jugar cada domingo en Liga.
MILAN-JUVE (1-1): ESCÁNDALO Y EMPATE INJUSTO
Sin duda era el partido del fin de semana en Europa, un Milan- Juve es siempre un duelo de altura, más si cabe cuando ambos equipos ocupan la cúspide del Calcio y los 3 puntos adquieren otra dimensión. San Siro volvía a respirar el ambiente de las grandes noches, parecido a la atmosfera que se consiguió en la reciente exhibición europea ante el Arsenal, pero con un condicionante sobre el césped: la ausencia de Zlatan en el once de Allegri.
Sin el sueco el Milan afrontaba el duelo que debía encumbrar al mejor equipo de Italia, ante una Juve que tras 23 partidos ligueros no conocía la derrota. Bajo la dirección de Antonio Conte, y la batuta en el campo de Andrea Pirlo, los bianconeros debían presentar sus credenciales en su mayor compromiso de la temporada, frente al mejor Milan del año.
Y la Juve falló, defraudó (al menos a mí) enormemente, ya desde su alineación con 5 defensas y su posterior desarrolló de la misma, carente de ideas y de juego, siempre fue un equipo maniatado por la superioridad milanista. Un equipo, el rossoneri, que realmente me está encantando por la solidez, madurez y alta competitividad que está mostrando a estas alturas de la temporada.
Las ausencias de Prince Boateng y Zlatan no sirvieron de excusa, Robinho asumió galones, el mediocampo (humilde pero competitivo) dominó a los Pirlo, Vidal y compañía, y la defensa no sufrió en ningún momento. Fenomenal partido de los de Allegri, que se adelantaron con un gol de un sorprendente Nocerino, que está viviendo un momento dulce de juego. Zurriagazo desde fuera del área, se desvía al contactar con el cuerpo de un defensor y Buffon no puede hacer nada. 10 minutos más tarde llega el escándalo a San Siro, que rememora los tiempos del ‘Moggigate’. Tras el bote de un córner, Méxes remata abajo de cabeza, Buffon despeja prodigiosamente, y Muntari caza el rechazo para hacer gol… El ghanés lo celebra, San Siro es una fiesta, pero la Juve mientras tanto monta el contragolpe. Nadie lo comprende, Tagliavento (el árbitro del choque) no vio como el balón traspasaba casi un metro la raya de gol. El escándalo es mayúsculo, y el estado de shock dura casi hasta el descanso.

Los 15 minutos de parón ayudan a Conte a recomponer a los suyos, se pasa a una defensa de cuatro hombres, pero sobre todo el equipo gana en agresividad en la reanudación. Sin ser en ningún momento un equipo brillante, y con una versión disminuida de Pirlo –su auténtico motor- equilibran un poco el dominio milanista. Al final, a falta de 10 minutos Matri, que había salido desde el banquillo, consigue las tablas. Un empate a uno que agudiza el disparate de la primera parte, y que deja el Calcio más abierto si cabe, con el Milan líder, con un punto y un partido de ventaja.

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